UNA VISIÓN CRONOLÓGICA Y KAIROLÓGICA DEL TIEMPO EN EL AULA
Encontramos tres diferentes actuantes en el tiempo kairológico: alumnos, maestros y administrativos, que se integran en el aula y que se desconocen mutuamente.
Para los alumnos el tiempo kairológico es representado por lo “interesante” o lo “aburrido” que puede resultar una clase; es decir, los 50 minutos de clase se hacen cortos o largos según una materia resulte aplicable, relevante o simplemente agradable o entendible, es obvio que con su carácter subjetivo lo que es interesante para algunos, resulta tedioso y molesto para otros, pero, ¿Qué hace que los alumnos tengan estos diferentes y hasta encontrados intereses del contenido académico?. A simple vista este fenómeno educativo no tendría relación alguna con quien imparte dichos conocimientos, sin embargo, mucho del interés del alumno hacia los contenidos académicos se encuentra además del manejo del contenido en la actitud de sus maestros; los gestos, acciones, miradas, articulaciones, modo de caminar, forma de vestir, de reír, de hablar, son evaluados críticamente por el alumno. Es por eso, que quien profesa un contenido académico pudiera no encontrar la razón del ausentismo o desinterés de algunos de sus alumnos cuando por su parte existe un buen esfuerzo por enseñarlo.
Ahora bien, para los alumnos el tiempo kairológico no se reduce a este interés o desinterés académico, existe un primer objetivo bien definido que dentro del aula identificamos como normal, ”acreditar la materia”, se encuentra implícito y de aquí que todo el tiempo de presencia física y esfuerzo intelectual estará encaminado hacia la realización de este primer objetivo. El alumno hará todo lo posible por alcanzarlo, desde encontrarle un interés real, estudiar para comprender el contenido de la materia hasta buscar el cohecho para acreditarla.
El tiempo kairológico para los alumnos es muy largo, normalmente es rico en tanto pueda vivirse en la interacción con los demás compañeros de clase, las experiencias y aprendizajes que se proporcionan entre si son realmente el verdadero acervo que ellos pueden decodificar sin ningún problema ni complicación, por lo tanto, observamos que en el momento de interactuar entre ellos los roles cambian, las personalidades reales afloran y el lenguaje se hace mas coloquial. En este mundo real del alumno (que normalmente se puede observar sin la presencia del maestro) se definen los verdaderos procesos de aprendizaje, además del esfuerzo por entender los significados de los contenidos, no existe una doble intención por encontrar las palabras exactas para explicarle al maestro sus preguntas, ni existe un falso orden epistemológico; todo se da en un proceso dialéctico de saltos, retrocesos, errores y discusiones entre iguales.
“La mirada suele ser depredadora sin embargo, existen momentos en los que irrumpen respeto y afecto. El extraño sufre una metamorfosis y se convierte en cómplice. La vida cotidiana se constituye a partir de múltiples interrelaciones que o bien suelen ser clasificadas en base a rígidas y estáticas teorías, o bien pasan desapercibidas debido a la inmediatez y a la prereflexibilidad de los actos que tienen allí lugar. Las categorías que suelen utilizarse para la comprensión de las acciones educativas al margen del mundo de la vida no son útiles para alcanzar lo cotidiano.”.1
Así pues, el tiempo kairológico es de verdadera calidad en tanto se desarrolle interactuando socialmente.
Para el maestro, lo kairológico es todavía más complejo, él concibe el tiempo en el aula según pueda entender y dar a entender el contenido de su materia. En forma parecida a la del alumno, el maestro concibe el tiempo como corto o largo según los factores curriculares como: tipo de alumnos, participación, apertura, que pueden dar un ambiente de cordialidad y camaradería, la carga de trabajo, dificultad del contenido y otros muchos factores personales también pueden influir en la forma en que el docente concibe el tiempo en ese salón de clases.
El docente tiene una clara idea del tiempo cronológico y combina este con el kairológico según convenga su posición de maestro, se dice que es todavía más complejo por que su espacio físico se ve en constante cambio dependiendo de los salones que visite en el día, estos cambios físicos implican también cambios de “tiempo vivido”, es decir, que su codificación y decodificación tanto de contenidos como de espacio y tiempos a vivir son más rápidos que los de los alumnos.
Por último el tiempo kairológico administrativo se percibe en los roles sociales acontecidos por los directores, subdirectores, personal administrativo y de intendencia. Suelen ver a los implicados en la educación con menos calidad que los maestros a los alumnos y los alumnos a los maestros.
Es necesario establecer para ellos las relaciones organizacionales de cada individuo y normalmente no existe mucho roce social. Su labor es neutral y cualifican según su percepción. Impera lo institucional y lo instituido a las relaciones sociales abriendo una brecha de incomprensión entre todos los implicados en este proceso.
CONCLUSIÓN:
Las apariencias que los diferentes actuantes de la vida escolar en el aula nos muestran, difieren mucho del mundo de la vida que en otros ámbitos se da.
Los roles se juegan fríamente como respuesta a expectativas tipificadas. Dentro de las acciones y ya en las realidades sociales objetivas, es decir; las normas, leyes y roles sociales que jugamos siempre, nos regimos por un tiempo cronológico pero unido a este e inseparable de todo acontecer académico la percepción humana es diferente en cada actuante, a esta es a la que llamamos tiempo kairológico en el mundo de la vida.
Mientras no pretendamos conocer a los demás implicados en el proceso “E-A” el tiempo carecerá de importancia, el espacio se desaprovechará todavía más y las aulas no podrán ser centros que generen las preguntas que nos llevan al verdadero conocimiento.
Comprender lo natural y lo complejo que resulta el conocimiento humano y las diferentes formas de percepción del mismo nos pueden poner en gran ventaja en la sistematización de la búsqueda del aprovechamiento del tiempo en el aula.
RESUMEN
Existen dos dimensiones en las que vemos el tiempo; la cronológica que es objetiva, representa las 24 horas del día y es igual para todos y
Planteamos el tiempo cronológico y el kairológico para los alumnos, maestros y administrativos.
El tiempo cronológico es igual para todos, su importancia es diferente pues a pesar de que todos viven el mismo tiempo, para los maestros y administrativos es más valioso.
El tiempo kairológico difiere abismalmente entre actuantes, pues como es subjetivo, implica interacción social, experiencia de vida.
El alumno se enriquece según su propia interacción social, en esta es en donde verdaderamente aprende, su tiempo se hace cada vez más corto según el tiempo vivido.
El maestro actúa de forma más compleja pues su espacio y su tiempo se ven en constante cambio, posee la alternancia del tiempo cronológico con el kairológico.
El personal administrativo no puede entender lo cualificante del tiempo vivido pues sus funciones le obligan a permanecer neutral al “mundo de la vida”. Representa a la institución por lo tanto se crea una barrera invisible que no permite la interacción social.
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