El henequén, henequén de México o fibra de sisal, (aunque en España se le llama también henequén de Cuba donde fue introducida en el siglo XVIII) es una fibra dura de la hoja del Agave mexicano agave fourcroyoides Lemaire. Cultivada principalmente en Yucatán (México) para el aprovechamiento de la fibra textil de la hoja, usada para hacer cuerdas, cordones, alfombras, etc.[1]
El henequén viene del agave, de una especie de cactus, de aspecto parecido a una yuca verde. Otras variedades de agave se utilizan para hacer el tequila. Los mayas usaban el henequén para hacer cordones, carpetas o alfombras, lo cual no ha cambiado mucho hoy en día. Hubo una época en la que el cultivo de henequén, o fibra de sisal como algunos la llaman, tuvo gran auge, convirtiendo el terreno de la península yucateca en uno de los más ricos y codiciados.
Fue a principios del siglo XIX cuando tuvo lugar el inicio de su mayor apogeo, se establecieron fábricas, las llamadas haciendas cambiaron el giro de su producción para establecer grandes plantíos y la mercancía comenzó a exportarse al mundo. Para 1880, Yucatán era uno de los estados de mayor solvencia económica en México. Siendo durante el gobierno de Salvador Alvarado, por la expropiación estatal de las maquiladoras, cuando la venta del henequén llegó a su culminación. El henequén ayudó a los hacendados a amasar grandes fortunas, por lo que se le denominó "Oro verde", ya que el estado producía el 90% de las sogas y bolsas usadas en el mundo, dando como resultado la opulencia de los dueños de las haciendas.
Sin embargo, al igual que la plata que se extraía de las montañas de México, el valor del henequén decayó durante la primera guerra mundial, y nunca volvió a recuperar la popularidad que anteriormente gozaba. El advenimiento de las fibras sintéticas y el cultivo de la planta en Brasil, Madagascar, Tanzania y Manila, contribuyeron enormemente al decaimiento de esta industria en Yucatán. La historia de su producción se encuentra plagada de altibajos, en 1960 se produjeron 140,000 toneladas, lo que significó su máximo esplendor, posteriormente, en 1970 la cantidad se redujo a 73,000, luego subió ligeramente a 76,000 en 1980, pero en 1990 tan sólo se produjeron 35,000 toneladas.
Hoy en día se estima que la producción está cerca de las 28,000 toneladas, el costo de la fibra obtuvo un incremento del 45% de
Actualmente, hay una gran cantidad de usos para el henequén, algunos de los cuales son irremplazables, por lo que su futuro no corre un peligro inminente. Esperemos que muy pronto la producción de henequén en Yucatán recobre parte de superioridad mundial con la que gozaba tiempo atrás, aunque siempre será un orgullo el que haya sido el precursor de tan valiosa y útil fibra natural.
[1] Artículo de
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